Es coqueta,
me parece mujer.
Centro de lo innato,
nace por que nace.
Tiene historia en sus venas,
penas que inspiran poemas,
melancólicos adoquines;
las canas de la musa
que no seran teñidas en asfalto.
¡Y te amo, te amo Valdivia!,
que no me canso de adorarte
cuando la juventud te maquilla en arte,
o en la madrugadas los ancianos peinan tus calles,
incluso los indigentes fieles a tus noches,
se refugian en tu cielo,
brindan con tinto
y le dan color al no sentido.
¡Valdivia, Valdivia!,
que al caminarte recorro mi vida.
Yo soy Valdivia,
me guio en tus ojos
buscando siempre algo más
que tu color relativo.
Paolispy.
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