Es una buena tarde y me dejo llevar al dormitorio,
con el dia en blanco, ni bien ni mal.
Me siento en el borde del colchon,
miro hacia afuera es que el viento me llama,
el telefono tambien, pero no respondo.
Dejo jugar mis ojos con la cortina que aviva el aire,
la hace bailar, como si hicieran el amor.
Regreso de la calle, que no deja que me calle,
que me avisa la cortina, que ya es demasiado tarde,
y yo niego y le reniego;
por que es mi subconsciente,
la cortina y la gente,
es que no saben que se siente,
es mi cuerpecito el que se mueve,
y es mi alma la que sale,
la que susurra como el viento,
la que se mueve a lo cortina,
a que mi vida domina,
una influencia repentina,
la sed de misterio,
de impulsarse en el material al cielo,
fuera de la órbita,
la orbe repetida, no me obliga,
no me incita, me drogo en versos,
me alimento de los ojos,
las rameras invitaciones explicitas,
tan sentidas las superfluas.
Paolispy.
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