cuando la viva intentaba revivir,
mientras tiraba a la otra con los ojitos apretados.
Me acerque, con cuidado la saque,
y con alboroto la viva no quería.
Cuando en mis manos la tuve,
mi cuerpo no evito la angustia;
mi pecho no soporto agitarse;
mis ojos no pudieron calmarse.
La escondí... no supe que hacer,
afuera me quede... mientras la catita emitía sonidos;
que no se si de llanto,

que no se si de algún sentir...
pero cuando muy sensitiva me acerque,
solo en eso pensé...
En lo mas bonito cuando lo mas feo.
En Dios cuando no creo,
en que quizás es el consuelo al dolor;
a la condena nuestra civilización.
Y pensé y aun mas me acerque,
y creí que los animales puede que no razonen,
puede que no tengan que creer.
Pero yo creo en la libertad
y ellos tal vez asumir que después de las jaulas
abrirán sus alas,
libertaran como después de la muerte.
Entonces suplique a eso y mas me acerque,
en un momento mire a la cata
y cuando respire muy hondo;
cuando exhale,
vi como su pecho botaba mi aire,
estábamos a un ritmo.
Poema,
Paolispy.
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