domingo, 7 de abril de 2013

Ciprés.


el árbol y su vestido verde,
sus brazos cortados;
alzados a la sombra de la gente.
El árbol y sus cantos de encanto;
su altura envidiable.

"No puedo salir de mi".
Es lo que siento,
mientras lo siento de corteza extraña,
como si tuviese ganas de bailar;
como si tuviera alma.

Yo, no podría...
solo quedarme ahí todo el tiempo,
y, ¿si lloviera?,
de alegría se nutre como yo estando afuera;
y, ¿si el sol le diera?,
pues como si a bailar fuera.

No es difícil ubicar realidades,
no es tan fácil aunque así lo quisiera,
pero si un día propusiera,
bajo las gravedades;
bajo los destellos espectaculares,
posar mi diseño en la tierra;
entregarme solo un instante,
como si parte fuera,
créeme que ya quisieras convertirte
en clavel de aire; en azalea.

Frenesí.

La flor que nadie espera
que no tiene motivo,
que fallece en soledad;
revive entre naturalezas falacias
intrínsecas de la evolución:
su involución,
que renace entre la mierda,
el poema de la contaminación,
¡esta es nuestra invasión!


Paolispy,
protesta.

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